¿Sufres Por Gusto?
¿Alguna vez te has cuestionado por qué sufres? ¿Por qué las cosas más insignificantes las transformamos en calamidades o hecatombes universales que nos ponen a sufrir durante días o meses?
A veces pareciera que nos gusta sufrir, y eso es grave, ya que el sufrimiento en sí es inútil: “hablar de la inutilidad del sufrimiento puede parecer a algunas personas una provocación. Afortunadamente, cuando explicamos las claves en las que la psicología positiva del siglo XXI basa sus postulados, pasamos del rechazo inicial a la aceptación plena”, afirma la psicóloga María Jesús Álava Reyes en una articulo para EFE Salud.
Esta especialista refiere que el sufrimiento a veces viene condicionado por conductas o costumbres usuales, patrones aprendidos, que aunque nos hacen daño repetimos debido a la educación que hemos recibido.
Para esta psicóloga, lo importante no es lo que nos pasa, sino lo que pensamos acerca de eso que nos ocurre lo que tiene el poder de hacernos felices o infelices: “el pensamiento es previo a la emoción, y ese pensamiento es el que nos hace sentirnos bien o mal” recalca esta especialista. Esto revela por qué una persona, por ejemplo, ante el abandono de su pareja actuará de una forma relativamente tranquila, con tristeza pero logrará sobrevivir, mientras que otra intenta suicidarse, llora compulsivamente o no puede vivir con normalidad como lo había venido haciendo hasta ese entonces.
¿Cómo debemos actuar?
Según esta psicóloga, es muy normal que las personas en general vean el sufrimiento como una circunstancia ineludible, como algo que es inherente a algunos sucesos de tristeza, amargura o pena extrema, como una separación, la pérdida de un empleo, vínculo, sueño o la muerte de un familiar: “Una cosa es el sentimiento absolutamente natural, espontáneo y humano que experimentamos ante situaciones dramáticas, y otra muy distinta es el pozo en el que caemos cuando parece que solo hay un camino: el de bloquearnos, sumergirnos y dar vueltas ininterrumpidamente a unos hechos que ya no tienen marcha atrás” recalca Álava Reyes.
No se trata de que las personas se autoconvenzan de que no les duele lo que les perjudicó o que no les importa lo que pasa a su alrededor. Por el contrario, es bueno sufrir. Lo que no lo es tanto es tener hábitos que hagan de esta situación una condición reiterativa que empuje a la persona a un abismo de desesperanza y desconsuelo.
Es bueno ser sensibles, es humano y natural; lo que no viene a ser positivo es reiterar las sensaciones negativas engrandeciéndolas o aceptándolas como si fueran lo único que existiera a nuestro alrededor.
Siempre es bueno tener en cuenta que los malos momentos hay que enfrentarlos dando lo mejor de nosotros mismos, porque es precisamente en esos momentos en los que necesitamos de todo nuestro potencial.-
Fuente: | EFE Salud Sufrimiento inútil