Educación Del Alumno: La Formación En Su Globalidad

  

   A menudo las interacciones en el mundo escolar carecen de fondo por impregnarlas únicamente de la necesidad de ser eficaces que sentimos los maestros se nos pide desde las altas instancias educativas. A este respecto, el célebre autor de “Educar con Co-razón”, José Mª Toro, nos recuerda, desde su amplia y rica experiencia como educador, que todo contacto con nuestros alumnos ha de comenzar con un Encuentro desde el Ser Interior de todos los agentes del microcosmos que es la Escuela.

   Del artículo publicado en la revista Didactia, de la Academia de formación MasterD, escrito por su alumna Rosario Huerta y titulado “La educación integral del alumno. La formación del Ser en su Totalidad”, se han entresacado estos párrafos. Está este artículo escrito desde la convicción de que en el colegio nuestra misión va más allá de ofrecer conceptos que asimilar. Son los valores, las actitudes de nuestros discentes, su Yo interior, los que han de ser prioritarios a la hora de interaccionar con ellos. Esto no impide que se busquen, trabajen y, finalmente, logren los objetivos educativos prescritos por las autoridades pertinentes. Al contrario. Es el mejor y más corto –paradójicamente, puede pensarse- de los caminos para lograrlos y disminuir sensiblemente el tan temido fracaso escolar. Con este artículo se pretende contagiar del entusiasmo por estas y otras ideas y actitudes que en la escuela favorecerán la implantación de una sensible mejora en beneficio de los niños y niñas, más que convencer de aspectos teóricos sobre la educación.

 Los alumnos diciernen cuando les tratamos con frialda

   La educación integral que un maestro brinda a sus alumnos comienza con su primer ENCUENTRO EDUCATIVO con el grupo clase. Cuando saludamos a nuestros alumnos, podemos hacerlo “cargando de ternura y verdadero amor cada gesto, cada palabra: desde los adentros”, como expresa José María Toro. De este modo, notaremos cómo esta ternura retorna a nosotros y enseñaremos a los niños y niñas algo más que una “educación” formal, una obligación de saludar “a los mayores”. Los alumnos disciernen cuándo les tratamos con frialdad y cuándo lo hacemos teniendo en cuenta que son algo más que “nuestro trabajo, nuestra responsabilidad”. En este Encuentro clamoroso, el aula se hace centro de emociones y se favorece la interacción interpersonal, con lo que ya estamos logrando, como nos piden las autoridades educativas, que interioricen la Competencia que lleva ese mismo adjetivo. Además, esta interacción será auténtica, pues ha nacido desde el principio en el centro del corazón del aula, lo cual favorecerá la autenticidad de todas sus interacciones posteriores.

Se da mas importancia a memorizar que a tomar conciencia

   Frente a la excesiva importancia que en las escuelas se da a los procesos mentales, D. José María defiende que solo cuanto EL CUERPO asimila es verdaderamente interiorizado por la persona. Habla de “incorporación” de los conceptos y valores frente a la “inmentalización”, palabra inventada desde la anterior, que trata un proceso que no se atiende durante la formación escolar. “Si la educación tiene que ayudar a conformar una “persona nueva”, no creo que esta sea un esbozo o esquema de intencionalidades ideológicas ni una proyección mental de aspiraciones morales o axiológicas sino un cuerpo integrado e integral del que, espontánea y naturalmente, surgirán nuevas maneras de sentir, estar, moverse y actuar en el mundo”. Dar una formación integral a nuestros alumnos comienza por lograr que tomen conciencia de su propio cuerpo, de sus sensaciones y, partiendo de ahí, que sepan nombrar cada una de sus partes. Hoy en día, se queja este autor, se da más importancia en la formación escolar a memorizar los distintos componentes del cuerpo que a tomar de conciencia de los mismos por parte de los discentes.

Progresar en el amor

   “Creo que lo primero fue el gozo compartido… y todo lo demás vino por añadidura”. Así se expresa Don José María en el Epílogo “Fuimos felices aprendiendo” de su libro “Educar con Co-razón”. La ley está hecha para el maestro, no el maestro para la interpretación que se le da según costumbre arraigada, traicionando la propia Ley. Son muchas las modificaciones hechas con la LOMCE que no llegan a algunas aulas por interpretar ciertos maestros mal esta norma. El propio Toro, en la conferencia que dio en las II Jornadas de Educar para Ser (2014), narró uno de sus encuentros con un inspector que le reclamaba la Programación Didáctica. Él no la había plasmado en papel y se presentó a sí mismo como “la programación”. Con su peculiar gusto por las palabras, separa esta en “progr-amar: Progresar en el amor: si amas, ya estás cumpliendo la programación”. Su libro, en efecto, rezuma amor por sus alumnos y alumnas, al tiempo que se respira cómo estos le corresponden.

   En definitiva, la formación no se puede limitar a una parte de la persona. Debe ser integral, global y totalizante.

Fuente revista D!dactia nº 9|RosarioHuerta Gómez

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